lunes, 23 de noviembre de 2009

salva opina

Nuevos mandatarios europeos


Por acuerdo de los SarKozy, Brown, Merkel, Zapatero, ... se nos ha dado un Presidente de Europa (en su jerga Consejo de Europa) y un Alto Representante de la Política Exterior de la misma(=ministro de exteriores) sin que los ciudadanos y los pueblos que formamos parte de ese conglomerado hayamos tomado la más mínima parte en su elección o idoneidad, ¡"bonita" forma de practicar la democracia!, luego que no se extrañen que haya absentismo/pasotismo (y que conste que no justifico semejante conducta) en lo relativo a Europa y que los ciudadanos no la sientan como algo suyo, como su pueblo. Para más inri, se eligen políticos prácticamente desconocidos y de poco peso para que no les hagan sombra a estos "verdaderos líderes europeos" que he citado en el inicio de esta opinión. Pero a mí, y supongo que a muchos más ciudadanos, lo que me ha llamado la atención, es la consabida opinión del nuevo Presidente que se opone a la ampliación de la Unión Eurpea a países como Turquía sólo porque sus raíces no son cristianas y hay que preservarlas a toda costa. A semejantes mandatarios no les importan los pueblos ni los ciudadanos, ni las culturas, ni la diversidad que puedan aportar a la Unión, sólo preservar las raíces cristianas siguiendo los dictados de la monarquía teocrática más antigua del mundo: la Iglesia Católica Romana. ¿Cuándo aceptaremos que cualquier religión (cristianismo, islam, judaísmo...) pertenece al ámbito de lo privado y el ciudadano que la quiera practicar en ese ámbito no impositivo merece el respeto, pero que otra cosa es la reconstrución política del viejo continente, donde no caben la exclusiones por la religión, la raza o el color de los ojos?.

1 comentario:

  1. La verdad es que no alardeamos por estos lares de ser europeos, todavía nos movemos en los ámbitos nacionales y Europa queda lejos, nos falta conciencia europea, nuestra participación se limita a las votaciones al parlamento y poco más, luego los jefes de los distintos gobiernos, comandados por Berlín-Paris-Londres deciden en función de sus alianzas e intereses, lo que no contribuye a crear esa conciencia.

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