jueves, 20 de mayo de 2010

salva opina



El ciclo del sistema de la injusticia social

Asistimos a un camelo, a una mentira organizada y compartida entre los políticos de las poltronas y el gran capital para distraernos de la cruda realidad: las aparentes discrepancias entre Rodríguez y Rajoy ante la crisis y sus remedios son meras actuaciones de cara al espectador, sobre todo frente a los que más padecen la crisis: los trabajadores, los parados, los jóvenes recién salidos de la escuela o de la universidad, los emigrantes que llegaron a nuestro país en busca de una oportunidad (como en su día fuimos nosotros a Alemania, Suiza o Francia) o los pensionistas.
Como hemos comentado en otras ocasiones el capitalismo se encuentra en una crisis cíclica originada desde su interior: los especuladores se pasaron de la raya o quisieron hacer dinero tan rápidos que su ingeniería “financiera” se vino abajo, como una estructura en mal estado, como hierro oxidado con soldaduras defectuosas. No es la primera crisis que tienen ni será la última, salvo que los trabajadores decidiéramos decir basta; si nadie trabaja por mi que nadie decida por mi, si la producción está socializada, socialicemos sus beneficios, e instauremos el socialismo, la democracia social y económica.
Pero no parece que estemos decididos a ello, todavía estamos demasiado dependientes de los explotadores y de sus políticos que nos conforman y merman nuestras posibilidades revolucionarias; nos tiene pillados con las hipotecas y la sociedad de consumo, con nuestro acceso limitado a la cultura y a la ciencia, con nuestros partidos de izquierda mermados, desorientados, faltos de reflejos que dan la sensación de haber renunciado voluntariamente a ser vanguardias, con las organizaciones sindicales viviendo de las subvenciones que marca la Ley de presupuestos.
Mientras tanto pagaremos sus déficits y sus ansias de enriquecerse a costa de un incremento del paro salvaje, de condiciones laborales durísimas, de salarios y pensiones congelados, con los dependientes en cola y perdiendo sus derechos, con una escuela pública de segunda, con la sanidad pública privatizada, en definitiva con el cacareado estado de bienestar social liquidado. Como resultado de tan penoso coste soportado por las clases populares a medio plazo salvarán sus situación privilegiada, volverán a acumular ganancias y el capitalismo seguirá su ritmo: acumulación-esplendor-crisis-acumulación-esplendor-crisis.
Es el ciclo del sistema de la injusticia y la explotación, de la cuál sólo somos conscientes cuando vivimos alguno de sus episodios más duros. Salvo que algún día, todavía lejano, digamos basta. En ese momento se romperán nuestras cadenas y tendremos un mundo por ganar.

2 comentarios:

  1. ¿No crees que nuestras cadenas no queremos romperlas?

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  2. Sí, estamos demasiado "cogidos" por el sistema, conformados, faltos de conciencia de clase, de ideología revolucionaria solo de libro...

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