"El
trabajo fijo es algo del siglo pasado".
Semejante
aforismo tan inapropiado y trasnochado sale de la boca de Joan
Rosell, presidente de la CEOE (la gran patronal).
Y
es que con esta cuadrilla que va de empresarios y con el gobierno que
les cobija nunca saldremos de la crisis en la que nos metieron, en la
que hemos retrocedido un montón de años, donde nuestras conquistas
sociales se volatilizaron, mientras la carestía y la penuria se
convierten en el pan amargo de cada día. Ellos acumulan ganancias
inconmensurables y se permiten llevarse empresas a países donde las
condiciones de explotación son todavía peores que las nuestras o
juegan en sus bolsas haciendo caer o subir lo que más les beneficia.
No
tienen legitimidad alguna, no se comportan como emprendedores sino
como "ladrones" de las plusvalías de los trabajadores.
"Ali Baba y los cuarenta ladrones" eran angelitos al lado
de estos forajidos sociales.
Así
es el capitalismo salvaje instalado en este país y si bien es
cierto que en toda Europa está presente, entre nosotros toma un
cariz peor por la debilidad de nuestras organizaciones de clase o el
abandono que hemos ido haciendo de los sindicatos por la deriva
burocrática que emprendieron sus dirigentes en los últimos años.
Ellos
ni siquiera son del siglo pasado sino de finales del s. XVIII, y
coinciden con aquéllos que Marx describe como los autores de la
acumulación primitiva de capital: esto es, una pandilla de ladrones
y forajidos.
Salud
y República.
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