martes, 13 de diciembre de 2016

Un republicano opina


República. 
Acaba el año y apenas hemos avanzado.

A 20 días de acabar el año conviene reflexionar que ha supuesto para nosotros los republicanos de izquierda, que avance hemos tenido, si los ha habido, si podemos considerar que estamos llegando a la ciudadanía con nuestro ideario republicano, en definitiva si la República la vemos cerca o lejos pese a nuestros deseos personales y sobre todo como lo ven los ciudadanos que nos contemplan levantar la Bandera pero que todavía no forman parte del proyecto y son meros espectadores.
Además de reflexionar hacia donde va la otra “izquierda”, la que se sienta en el parlamento del rey, si ayuda a avanzar en los postulados que hemos heredado de la gran Revolución Francesa o si por el contrario confirma, afianza la restauración monárquica que dispuso en testamento el dictador.
Me voy a centrar en la primera parte de mi intento de reflexionar y no me cabe más desasosiego al ver terminar el año sin una organización republicana estatal estable, reconocida y que abandere sin complejos la conquista de la libertad republicana.
Los republicanos seguimos fallando, en mi opinión, como motor politico-social que anime a la ciudadanía a levantar la Tricolor con vigor y sin miedos, esa ruptura necesaria y alternativa radical que representa la República. Y es porque hemos mirado demasiado lo que otros hacen sin plantearnos un calendario autónomo que establezca las estrategias necesarias para mover a los ciudadanos a sentir que sus graves problemas y carencias no pueden solucionarse sin ese cambio que supone recuperar la República.
Debemos afrontar y dejar claro que la grave situación económica que padece la sociedad en general, la corrupción y el trapicheo político, los desahucios, la precariedad laboral, el abuso patronal, los problemas de la educación pública, la sanidad que nos roban para privatizarla y convertirla en el gran negocio, el incumplimiento sistemático de sus leyes, la criminalidad machista sin fin, la fuga de cerebros por falta de cauces para la investigación, la bula fiscal e impositiva de la que goza la Iglesia, la parcialidad de la justicia, la nula atención a la memoria histórica republicana, la burla de la clase dirigente al gobernar solo para los intereses de la minoría pudiente... Deben ser abordados desde un planteamiento radical, o lo que s lo mismo yendo a la raíz de los problemas y esto solo se puede hacer desde la República, dejando claro que todo lo que nos proponen los ex-socialistas, la derecha y los nuevos partidos son “agiornamientos” o ligeras capas de pintura para disimular la situación de deterioro en la que está el régimen y de la que ellos son cooperadores necesarios.
Pero, claro, para que los ciudadanos nos entiendan y se sientan atraídos por nuestras propuestas nos tienen que encontrar en todos los tajos y lugares de lucha, ofreciendo la alternativa definitiva a las graves situaciones que vivimos-viven, superando la división, el capillismo y con un programa republicano unitario, creíble, abierto, sin dogmatismo ni pamplinas.
La República es el gobierno de todos para con todos y para que llegue son necesarios los republicanos previamente organizados, con un programa y en el seno de la sociedad.
SyR.


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